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sábado, 25 de junio de 2016

Me siento un hacker del marketing y de la innovación turística



Hacía tiempo que no encontraba el momento de actualizar mi blog. Muchas cosas me han pasado desde que dejé de hacerlo en noviembre de 2014. Profesionalmente me encuentro en un momento dulce puesto que ahora desarrollo toda mi inquietud en dos campos que sustraen todo mi tiempo, energía y motivación.

Por un lado, ayudar a los empresarios a descubrir en la transformación digital el Grial de la competitividad, la innovación, la gestión de recursos humanos y la organización de equipos, la competitividad y sobre todo, la felicidad y el sentido de emprender y de ser empresario.

He de confesar que soy un hacker del marketing. Así me siento y actuó. Inconformista, irreverente, bastante trasto, cuestiono todo, me revelo ante lo obsoleto y las forjas que lo mantienen, me provoca la ignorancia del que piensa que sabe y nada sabe. Soy sherpa, pionero, adelantado, curioso o simplemente demente por haberme entrenado especialmente en buscar lo desconocido, en adentrarme en la oscuridad de lo posible, en vivir en el vértice y la trinchera.

Quizás todo ello justifique que en la Administración me llamen el “técnico incendiario”, “el loco”, “siempre trae una idea rara”. Como cantaría Alaska “a quien le importa” … son todo ello riesgos calculados, kpi’s de que voy por el buen camino, de que sigo estando adelante, de que la profesión que me ha elegido corre por mis venas, que el adn de la innovación se ha incrustado de tal forma en mi ser que personalmente pierdo cuando me desvío del objetivo y me tientan sus cantos de sirenas. Mis kpi’s son ser mejor persona, ser el mejor profesional y el mejor colaborador de los empresarios y de mi destino. La inquietud e incomodidad personal que siento por si quiera acercarme a la zona de confort, o quizás hasta reconocerla a lo lejos cuando vivo encantado en la zona de la magia, de lo posible adyacente hace que necesite de mentes inquietas y conectadas como lo son mis admirados colegas Jimmy Pons, Tirso Maldonado, Lasse Rouhiainen, Isaac Vidal y el grandísimo descubrimiento de esta época introspectiva que es Giorgio Ascolese. Todos ellos admirados por dejar hacerme sentir pequeño, humilde, un ratón cuando reflexiono con ellos cosa que confieso provoco a menudo por puro egoísmo intelectual. Hazte un favor y si no les sigues, síguelos ahora.

Al tiempo que hace 20 años me forcé personalmente a ayudar a los empresarios a ser más empresarios lo cual me ha llevado a marcarme la obligación profesional de transferir dichos conocimientos y reflexiones en universidades y escuelas de negocio como el Instituto de Empresa y la Escuela de Organización Industrial entre otras muchas. Y de forma directa en las Cámaras de Comercio y centros de innovación con las que colaboro a lo largo del territorio nacional, desde Canarias hasta el norte de España. Y en asociaciones, y destinos, y otras marcas turísticas, y gobiernos a través del Digital Think Tank.

Esa ayuda e inconformismo es la que ahora transfiero en la Secretaría Autonómica de Turismo de la Generalitat Valenciana a través de mi responsabilidad de marketing y estrategia del modelo turístico que estamos desarrollando. Evolucionar un modelo, en un cambio de ciclo y de era, cambiando leyes, modificando reglamentos, planes estratégicos, políticas de innovación y formación, de aceleración de producto y de empresas… no es sencillo construirlo bajo la premisa sistémica, la de la maquinaria suiza de precisión incorporando indicadores, generando bussines intelligence, marketing de contenidos e inbound marketing, distribución del producto, buscando la transformación digital y queriendo ser el primer destino digital inteligente del turismo. Todo tiene que tener su sentido, todo debe ocupar su lugar, todo debe funcionar sincronizado para conseguir la magia, el duende.  

Cuando allá por el año 2005 abría mi primer blog no era cuestión del azar. Descubrí internet en el año 1986 en la ciudad de Rochester, New York. Mi gran amigo y admirado John Robins, (mi padre digital) me mostró entonces el potencial de lo que más tarde se convertiría en el leit motiv de mi carrera profesional. Tipo curioso John, trabajaba como ingeniero de la Kodak convirtiendo lo inexplicable en aceptable. Era el responsable de transcribir la ingeniería de la maquinaria Kodak a manuales de uso y de reparación, y en sus ratos libres era consultor de una extraña nueva disciplina que se llamaba informática e internet. Tenía yo 18 años entonces y no alcanzaba a visualizar como ese primer contacto iba a cambiar la forma de entender mi vida en el futuro.

Después de unos años estudiando marketing y gestión comercial en ESIC Valencia, comencé a trabajar uniendo las tres pasiones que han movido mi vida: el marketing, el ocio-turismo y las tecnologías. Y tras muchos avatares que han pasado por dirigir las oficinas de turismo de un destino, crear y configurar producto, comercializar y hacer marketing turístico nacional e internacional de un destino y otros muchos desafíos, hoy me encuentro especialmente motivado y preparado para disfrutar de lo que hago: transformar, crear e innovar. La beta perpetua, cada vez es más beta, y a la vez más perpetua.  Y caray, cada vez me siento más cómodo a este lado del espejo.

Conocimiento, visión de empresa y gobernanza colaborativa centrada en el usuario resulta la fórmula mágica para la transformación digital de los territorios, de las empresas, de las sociedades del ocio y la hospitalidad, en definitiva. Nos queda muchísimo por recorrer hasta que hayamos desarrollado todo el potencial que la transformación digital aportará a la nueva era del humano conectado. Me fascina, desafía y estimula ver como a nuestro alrededor surgen nuevas ideas, tensiones, retos y oportunidades. Ese camino, es el Zen de la Transformación Digital como sector y sociedad. Ese es mi zen.

De todo esto quiero comenzar a opinar en mi humilde blog a partir de ahora. De lo que siempre me apasionó, pero sobre todo de cómo y por dónde debemos recorrer la transformación de la pyme y del destino con el objetivo de hacerlo más relevante, más humano, más competitivo e innovador.

Os dejo con lo que me hace soñar en cómo podríamos transformar nuestras empresas y destinos a través de los maravillosos sueños y juegos que nos hacen humanos, en un entorno cognitivo de excepcional riqueza sensorial, semántica, contextual y sobre todo… económica.



Te veo sonreír... ¿a caso también eres tú un hacker del marketing como yo?.